Ministério da Cultura y el Governo de Minas Gerais presentan:
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Collage de Izabela Santiago
Manifiesto de Sara y Rosa
o algunas notas sobre el pensar-actuar en el cine
Sara y Rosa nace de una voluntad de tejer redes a partir de algunos hilos sueltos: aseveraciones, provocaciones, intuiciones y cuestionamientos que entrelazan nuestro impulso fundacional. ¿Por qué hacer crítica del cine iberoamericano desde perspectivas feministas? ¿Cómo hacerlo? Las respuestas a estas preguntas matriciales son tan reticentes como nuestras breves notas sobre el pensar-actuar en el cine. Este es un Manifiesto asertivo, pero vacilante; propositivo, pero camaleónico. Así como este proyecto, se construirá, o deconstruirá, con el tiempo. Es un texto en carne viva.
1. Por más mujeres y personas cuerpo-disidentes en la crítica y en el pensamiento cinematográficos
La crítica es la corriente sanguínea del cine. En este ecosistema, crear y pensar sobre películas son actos de rebeldía complementarios encabezados por el arte-proletariado femenino, feminista y cuerpo-disidente. Realizadoras, curadoras, investigadoras, hacemos un poquito de todo, por amor y necesidad. Las reflexiones críticas, legitimadoras de obras, movimientos y tendencias, deben ser también, y cada vez más, encabezadas por nosotras.
2. Mirar con desobediencia
Al asumir la tarea de la crítica, debemos mirar al mundo con curiosidad, como niñas y niñes que lo descubren y redescubren, no de manera inocente, claro, sino cuestionadora. Las miradas desobedientes desafían los discursos hegemónicos, dominantes y vibran con revuelta.
3. Rosa y Sara: celebrar las pequeñas conquistas
Rosa María Antuña, nacida en una Belo Horizonte de los años 30, realizó, de manera pionera, dos películas en la década de 1960 que, juntas, suman poco más de cinco minutos. Pero fue tiempo suficiente para suscitar reverberaciones. Reivindicar a Rosa, y su nombre, es reconocer las ansiedades, temores y deseos que aún atraviesan a las (no) cineastas del presente. Su contemporánea, Sara Gómez, cuyo apodo, Sarita, bautizó la semilla de este proyecto, fue la primera realizadora mujer en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Sara murió a los 32 años, antes de terminar su primer y único largometraje, De cierta manera. Su obra, al igual que la de Rosa, fue interrumpida, cada una por sus propios motivos. Y, como Rosa, Sarita hechizó los límites del tiempo a su favor. Con ellas y muchas otras, no podemos olvidar que la crítica tiene vocación memorialística. Escribir sobre cines “menores” engrandece un proyecto de contra-historia.
4. Recorrer los bordes del cine
Mirar y cuidar el cine de cortometraje, el documental, el cine experimental. En los márgenes de la industria, estos formatos reinventan imágenes y lenguajes. Rosa y Sarita son pruebas de esa potencia.
5. Cultivar la terquedad
Porque hablar, escribir y reflexionar sobre esos cines es un acto de resistencia. La crítica independiente también lucha por sobrevivir.
6. Descentralizar la legitimación del cine latinoamericano desde la mirada europea
Es necesario crear un espacio de legitimación propio no solo para el cine hecho por mujeres y personas cuerpo-disidentes, sino para un cine latinoamericano que se libere de la necesidad de validación por parte de los circuitos europeos. Necesitamos valorar las producciones locales en sus propios contextos y culturas. El Sur es el Norte. Nuevos centros son posibles.
7. La importancia de la traducción
Nuestro trabajo crítico quiere hacer circular películas latinoamericanas, caribeñas e ibéricas para que puedan ser accesadas en diferentes países. Se trata de conectar, con armonía, fricciones o conflictos, esas producciones, ampliando sus horizontes de comprensión. La traducción, en este sentido, va mucho más allá de una simple transposición de idiomas. Traducir es compartir imaginarios, explorar contextos y hacerlos comunes.
8. Elaborar modelos colectivos de crítica cinematográfica
Escribir sobre películas puede ser una actividad colectiva. ¿Cómo reconfigurar el individualismo de la autoría? ¿Cómo pensar en una crítica que se hace juntas?
9. El cine es amor
Sara y Rosa nace de nuestro amor al cine. Creemos además en un trabajo colaborativo basado en el afecto por las personas que participan tanto en la creación como en el pensamiento cinematográfico. La prioridad será siempre cuidar esos vínculos, porque entendemos que el cine, más allá de su forma, se construye (o siempre debería de construirse) en la cercanía, en el respeto y en el cuidado mutuo.
10. No basta con interpretar el cine, hay que transformarlo
Por completo. Un poco de utopía no le hace mal a nadie.